El equipo de Guillermo Barros Schelotto saltó al césped de la “Bombonera” sabiendo que con un triunfo se aseguraba el primer puesto en la “Superliga” y que, en todo caso, un empate lo dejaba con la posibilidad de salir campeón el próximo miércoles ante Gimnasia de La Plata.

La primera gran llegada la tuvo el jugador más desequilibrante de Boca: Pavón encontró la pelota en la puerta del área y sacó un remate con cara interna que, pese a la volada de Nereo Fernández, no cambió su dirección y dio de lleno en el travesaño.

A partir de allí Unión de Santa Fé creció en la cancha, mantuvo a raya al “xeneize” y se animó a incursionar en el área de Rossi.

El segundo tiempo, sin embargo, fue completamente distinto: el “Tatengue” prácticamente dejó a un lado sus pretensiones de ir al ataque y se paró bien de contragolpe.

Boca, sin muchas ideas, se limitó a buscar a Pavón y a intentar que el juego naciera allí: el delantero, con toda su categoría, se encargó por sí sólo de generar peligro con centros cruzados, remates y algunas corridas.

A quince del final, fue Pavón quien le dio la llave a “Wanchope” Ábila para romper el cero: entre cuatro lo asistió y el ex Huracán sólo tuvo que empujarla para poner el 1 a 0.

Y diez minutos más tarde, otra vez Ábila se abrió camino entre los defensores visitantes, dejó en el camino al arquero y mandó la pelota a la red para sentenciar el 2 a 0.

Para dar la vuelta olímpica, Boca necesita sacar al menos un punto de los seis que le quedan: ¿será el miércoles ante Gimnasia o el domingo ante Huracán?

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