En un partido extraño, intenso y accidentado, el equipo de Zinedine Zidane supo hacerse fuerte y golpear cuando fue necesario.

El Liverpool arrancó mejor en Kiev pero la lesión de Salah lo condicionó: a partir de la salida del egipcio fue otra la imagen que dejaron los de Klopp. Y el Real Madrid, sin ser brillante, mejoró con el correr de los minutos.

Fue primero Benzema quien aprovechó un grosero error de Karius para poner el 1 a 0. La fiesta se empezaba a teñir de blanco cuando Sané aprovechó un cabezazo de un compañero para empujarla a la red y llegar al 1 a 1.

Sin embargo, una chilena maravillosa de Bale y un remate del galés desde afuera del área que el arquero no pudo controlar terminaron por sentenciar la historia: el 3 a 1 volvió a darle al conjunto “merengue” la posibilidad de gritar campeón en la Champions League.

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