Las distintas organizaciones sociales que dominan el panorama político en la Argentina decidieron lanzar este último la #MarchaFederal por “Pan y Trabajo” con un olla popular frente al Obelisco y misas en La Quiaca, Bariloche, La Rioja, Posadas y Ushuaia.

Esta serie de protestas y movilizaciones confluyeron este viernes frente al Congreso de la Nación en la Ciudad de Buenos Aires: desde temprano hubo cortes y marchas en distintos puntos.

Los manifestantes le exigen al gobierno la sanción y el cumplimiento de las leyes de “emergencia alimentaria, integración urbana, infraestructura social, adicciones y agricultura familiar”.

Las columnas están integradas por miembros de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP)Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Cuentan, además, con el apoyo de gremios como La Bancaria y Camioneros, y de la CTA de los Trabajadores de Hugo Yasky.

“La prioridad número uno de nuestros reclamos es la ley alimentaria, aunque todas son importantes y están relacionadas”, aseveró Juan Carlos Alderete, de la CCC, en un diálogo radial.

Esteban Castro, de la CTEP, señaló: “Hay que sancionar la ley de emergencia alimentaria. En un país donde se produce alimentos para 400 millones de personas en el mundo, los 40 millones de argentinos deben tener garantizados el alimento“.

“Es una sensación ambigua porque por un lado está la alegría de que un trabajo organizativo que expresa que hay un pueblo que es consciente de sus derechos, resiste y pelea, y por otro lado la tristeza de volver al pasado. No es casual que hayamos elegido conmemorar las marchas Marchas Federales de los ’90, porque estamos atravesando situaciones similares”, apuntó por su parte Juan Grabois.

“Pensé que el FMI había quedado en el museo de las cosas feas que pasaron en nuestro país, me pone mal, porque sé que FMI es igual a hambre, miseria, muerte, represión y ajuste. Una cosa es tolerar un mal gobierno electo democráticamente y otra es tolerar un tutelaje o dictadura económica extranjera”, remató.

Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, aseveró: “No hay forma de que no haya una reacción de quienes conducen el movimiento obrero. Incluso excede a la voluntad de los dirigentes y esa reacción se va a llevar puesta cualquier intención de poner paños fríos, porque hay mucha bronca“.

“Uno de los puntos de quiebre fue después de las elecciones de medio término de 2017, porque el gobierno avanzó con la reforma previsional y ahí se cerró. Y este país, tal cual está, es inviable socialmente sino no se atienden los problemas en su conjunto. El gobierno está dinamitando todos los puentes de diálogo“, concluyó.

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