La decepción de los hinchas argentinos fue mayúscula: pese a las pruebas que venía dando el rival en torno a su dureza, la idea fija de que había que “gustar, ganar y golear” se convirtió en desazón tras el empate 1 a 1 en el debut mundialista.

Todo lo contrario sucedió en Islandia, país con 300.000 habitantes aproximadamente: la igualdad en su primera participación en una Copa del Mundo y, además, contra el equipo comandado por Lionel Messi fue vivida como uno de los acontecimientos deportivos más grande de dicho país.

Y los números lo avalan. Según datos oficiales replicados por la cuenta oficial del seleccionado islandés, el 99,6% de la población del país siguió atentamente lo que sucedía en Moscú durante los 90 minutos que duró el encuentro. ¡Una verdadera locura!

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