Después del pitazo final, multitudes de franceses se sumaron a los que estaban viendo el partido ante Croacia en pantallas gigantes para desatar una verdadera fiesta en las calles de las principales ciudades del país.

Este lunes, los flamantes campeones del mundo llegaron a París y fueron recibidos como se lo merecían: con una marea de hinchas aclamándolos.

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