Las inmediaciones de la gobernación bonaerense, en la Ciudad de La Plata, pareció por momentos el escenario de un verdadero campo de batalla.

Este último martes por la tarde, una protesta de los trabajadores vinculados al Astillero Río Santiago terminó con represión policial, heridos y detenidos.

Eduardo Garay, soldador del astillero: “Hace ocho años que estoy en la empresa, laburé en Shell, en YPF, en Atucha 1 y 2, con calificaciones en todos los grados, y a nosotros ahora nos están tratando como inútiles y vagos. Nosotros queremos trabajo y un astillero cien por ciento estatal”.

Todo empezó mal cuando las autoridades suspendieron sin dar explicación alguna una reunión paritaria. Allí los efectivos policiales intentaron despejar la zona mediante el uso de gases lacrimógenos y balas de gomas. Ante ello, los manifestantes les respondieron arrojando piedras, palos y tornillos contra la columna policial.

Sin embargo, todo se desmadró cuando un patrullero atropelló deliberadamente a uno de los integrantes de la protesta. El vehículo avanzó a toda velocidad y lo levantó literalmente por el aire, desatando la furia de sus compañeros y elevando la tensión al máximo.

Oscar de Isasi, titular de ATE bonaerense, apuntó contra los funcionarios: “La política del gobierno provincial y nacional es desprestigiar el astillero frente a la sociedad, de manera que corre riesgo de cierre y privatización. Pero lo que está en el fondo, en el Fondo Monetario Internacional, es lograr que el Estado nacional claudique en todas las áreas que signifiquen soberanía, y el astillero garantiza la industria naval nacional“.

Cristian Ritondo, titular del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, excusó el accionar de las fuerzas de seguridad: “Cuando hay mochilas y palos uno entiende que no vienen solo a pedir diálogo”.

Vale la pena aclarar que como resultado de estos hechos, quince manifestantes resultaron heridos y al menos cinco fueron detenidos: Danis Rubén Bilardo, Leonardo Daniel Nieva, Mauro Emilio Dubín, Gustavo Villa y Luis Fernando Romano, quienes fueron liberados a la medianoche.

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