De un plumazo, el italiano Stefano Travaglia y el lituano Ricardas Berankis abandonaron sus partidos por problemas físicos relacionados con las altas temperaturas. Al rato, un argentino se convirtió en el tercer protagonista de la ola de calor y de retiros: Leonardo Mayer.

El “Yacaré” cedió su servicio por segunda vez en el cuarto set y dijo basta. Saludo al serbio Laslo Djere y se fue al vestuario. Recién después de varias horas de atención médica, declaró lo que muchos dicen por lo bajo: no se puede jugar al tenis en esas condiciones.

“Lo que me pasó fue un golpe de calor. No aguanté. Yo transpiro muchísimo, eso hizo que perdiera mucho líquido, y no pude jugar, se me hizo imposible. He jugado otras veces con mucho calor, he aguantado bien y esta vez no se podía. Intenté y no podía, no me daba el cuerpo. Después de que gané el tercer set, fui al baño, volví e intenté jugar, y era imposible no pude y me retiré. Tampoco me iba a morir dentro de la cancha, no da para eso, estamos grandes“, aseveró ante los micrófonos.

“Era impresionante el calor que hacía. Después, cuando entré en el vestuario, había un montón que estaban tirados, todos igual que yo. Fue duro. Tampoco sentía la energía para seguir. A la vuelta del vestuario no aguantaba más, y no quería ir al límite porque se vienen después otras cosas. No hay que jugar más a cinco sets. Eso quedó viejo para mí. Hasta que no se muera alguien no van a parar. Es imposible. Los partidos se ponen feos. Para mí, la única manera es acortar un poco, porque al calor no lo manejamos”, remató el argentino.

¿Tomarán nota los organizadores?

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