Tal como se preveía, el partido arrancó con intensidad, entretenido y disputado. Pese a que Neymar se erigió como conductor de su equipo y se mostró activo en las primeras jugadas, fue la Argentina, antes de los diez minutos, la que avisó con peligro. Lo Celso sacó un zurdazo desde afuera del área y la pelota se fue muy cerca del palo de Alisson.

Más allá de este arranque, poco a poco el encuentro empezó a jugarse cada vez más cerca del área “albiceleste”, con el equipo de Tité manejando la pelota y el ritmo.

En este contexto, la más clara la tuvo Brasil: un centro cruzado dejó a Miranda sólo ante Romero y el lateral brasileño le dio de pique al suelo. La pelota superó a Romero pero, sobre la línea, Otamendi logró despejar.

Un tiro libre de Dybala que se fue cerca del palo y otro de Neymar que ni siquiera pasó la barrera terminaron “adornando” un primer tiempo más que discreto de ambas selecciones.

La segunda parte arrancó mejor para los de Lionel Scaloni: la “albiceleste” recuperó algunos metros en el terreno de juego y de la mano de Lo Celso e Icardi logró inquietar a Alisson.

Con Saravia firme en la marca ante Neymar, Brasil no encontró demasiados canales de juego en Firmino y Coutinho. Las corridas aisladas del crack brasileño terminaron siendo lo más peligroso de un equipo apagado, por momentos más dispuesto a la lucha que al ataque.

A cinco del final, un tiro libre de Casemiro, que se desvió en la cabeza de Otamendi, casi se mete en el arco argentino. La pelota se fue al lado del palo defendido por “Chiquito” Romero, que un rato antes le había tapado una buena volea a Arthur.

El triunfo brasileño llegó en la última pelota del partido: Miranda le sacó ventaja a todos en un córner, anticipó a Romero y mandó la pelota al fondo de la red.

Comentarios

comentarios