La explosión ocurrida el 19 de octubre en el área del “Yacimiento Bandurria”, en la formación geológica Vaca Muerta, provocó un derrame de petróleo que preocupa a las comunidades locales y a los ambientalistas.

Pese a que las autoridades provinciales y la empresa aseguraron que ya habían iniciado con las tareas de saneamiento, tanto Greenpeace como FARN emitieron un comunicado desmintiéndolo.

De acuerdo al análisis satelital realizado, a dos días del derrame todavía no se iniciaron las tareas de limpieza; hay un mínimo de 85 mil metros cuadrados impactados directamente por el crudo -equivalente a 10 canchas de fútbol, aproximadamente- y alrededor de 77 hectáreas contaminadas, a sólo 11,5 kilómetros de la localidad de Añelo y del río Neuquén”, sostuvieron.

Leonel Mingo, de Greenpeace, aseguró: “Las petroleras están demostrando total incapacidad en la protección del medio ambiente en la Patagonia. El viernes pasado, YPF y la chilena ENAP fueron responsables del mayor derrame de petróleo en los últimos veinte años de Chile; ahora, la empresa argentina junto a su socia Schlumberger derraman petróleo en el núcleo de uno de los proyectos petroleros que mayor impacto podrían tener en el cambio climático: Vaca Muerta. La era de los combustibles fósiles debe llegar a su fin“.

Santiago Cané, coordinador de asuntos legales de FARN, añadió: “Nos preocupa el papel de la provincia de Neuquén y del Estado Nacional. Estos hechos son clara muestra por un lado, de que las autoridades no cumplen con sus funciones de control, y por el otro, de la falta de prevención ambiental en una actividad que por décadas ha probado crear un riesgo demasiado alto para el ambiente”.

“Con el afán de bajar los costos de producción y de continuar con la extracción de hidrocarburos a cualquier precio, las autoridades desconocen sus obligaciones, ocultan los peligros que provoca la actividad y subestiman sus riesgos, provocando estos desastres”, remató.

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