El magistrado federal Sergio Moro, responsable de las investigaciones de la operación “Lava Jato” y máximo responsable de que Lula Da Silva esté actualmente en prisión, se convirtió en una de las puntas de lanzas del futuro gobierno de Jair Bolsonaro.

Ante las cámaras de televisión que lo aguardaban tras la reunión con el mandatario electo, el juez confirmó que aceptó ser el próximo titular del Ministerio de Justicia de Brasil.

La posibilidad de establecer una agenda anticorrupción y contra el crimen organizado me llevó a aceptar el cargo“, señaló escuetamente.

“En la práctica, significa consolidar los avances contra el crimen y la corrupción de los últimos años y apartar riesgos de retrocesos por un bien mayor. La ‘Operación Lava-Jato’ seguirá en Curitiba con los valerosos jueces locales”, remató.

Vale la pena recordar que Moro fue el “cerebro” de la megacausa que permitió encarcelar a empresarios y políticos, enfocándose especialmente en ex dirigentes del PT. El objetivo final fue el arresto del ex presidente Lula Da Silva, acusado por supuestamente haber recibido un departamento en el balneario de Guarujá de parte de la constructora OAS. La condena, que le prohibió presentarse como candidato en las últimas elecciones, llegó sin que existieran pruebas firmes en su contra.

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