? Foto: Revista Cítrica

La desidia, la falta de empatía y escucha, los recursos escuetos, la mirada indiferente: un sinfín de factores confluyeron aquel jueves por la mañana, exactamente hace tres meses atrás, en la explosión de gas que dejó dos muertos en la Escuela N°49 de Moreno.

El auxiliar fallecido, trabajador enrolado en ATE Verde y Blanca, se llamaba Rubén Rodríguez, era conocido como “el Oso” y tenía 45 años. La mujer fallecida era Sandra Calamano, tenía 48 años y cumplía funciones de vicedirectora.

Para recordarlos y para que sus muertes no se olviden, los docentes, alumnos y vecinos de Moreno volvieron a salir a las calles con las consignas “Sandra y Rubén, presentes: ahora y siempre” yLa educación pública está de luto” bajo el brazo.

“Exigimos justicia y que se arreglen todas las escuelas, porque hay menos de 15 abiertas y seguras. Es mentira que hay más de 200 escuelas funcionando. Los trabajadores de la educación y los alumnos no queremos morir“, señalaron en la movilización.

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