Después de tres semanas de bloqueos, manifestaciones y enfrentamientos con la policía, el gobierno francés anunció este último martes la suspensión de la subida de las tasas al combustible, así como de la luz y el gas, previstos para enero.

Sin embargo, el heterogéneo espectro de manifestantes que componen el colectivo de los “chalecos amarillos” advirtieron que no se contentan con esta única medida: “Nos dieron migajas y ahora queremos la baguette”. Amenazaron, incluso, con entrar este fin de semana al Palacio del Elíseo.

Ante la información de que la violencia se incrementará este sábado, el gobierno le retiró el franco a todos los efectivos de las fuerzas de seguridad para que estén disponibles para actuar y cerraron los museos y “zonas de interés” que usualmente tienen una actividad ajetreada para evitar mayores desmanes y destrozos.

Además de la suspensión del partido del PSG, la Alcaldía de París informó que cerrarán 48 sitios turísticos, entre los que se encuentra la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, las Galerías Lafayette, el Museo del Louvre, la Catedral de Notre-Dame, el Centro Pompidou, el Jardín de las Tullerías, las Catacumbas y toda una serie de teatros.

Como si esto fuera poco, muchos comerciantes advirtieron que sus negocios y restaurantes no abrirán por “precaución”. ¿Un virtual estado de sitio en París?

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