Este último jueves, Bogotá tembló y Colombia se conmovió. Un atacante suicida identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, se voló por los aires al estrellar contra una pared una camioneta Nissan con 80 kilos de pentolita en el interior de la Escuela de Policía General Santander.

El saldo del atentado terrorista es catastrófico: murieron 21 personas, incluido el atacante, y hay 68 heridos, algunos de los cuales pelean por su vida.

El presidente de Colombia, Ivan Duque decretó tres días de duelo: “Desde el momento de los hechos hemos brindado asistencia y acompañamiento a las familias de las víctimas; a todos ellos les envío siempre mi cariño, mi sentido de gratitud“.

“Los terroristas buscan intimidar a Colombia como sociedad y amedrentar al Estado colombiano, pero el país les demostrará que esta es una nación fuerte, unida y que no se quiebra ante la demencia de estas agresiones”, agregó en conferencia de prensa.

Este último viernes por la madrugada, miembros de la policía capturaron a un hombre de 39 años, Ricardo Andrés Carvajal, que se sospecha estaría relacionado con el ataque.

Un rato más tarde, el titular del Ministerio de Defensa de Colombia, Guillermo Botero, confirmó que el ataque fue perpetrado por el grupo terrorista Ejército de Liberación (ELN).

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