El equipo de Jorge Almirón necesitaba desesperadamente ganar un partido para quebrar la racha negativa que lo aquejaba desde hace cinco meses y, de paso, evitar la peor seguidilla de su historia: lo logró agónicamente.

Jugando con un hombre de más casi todo el partido y con un corte de luz en el medio, San Lorenzo volvió a la vida: derrotó por 1 a 0 a Junior en el “Nuevo Gasómetro” y quedó segundo en su grupo de Copa Libertadores.

Cuando faltaba poco para que se termine el partido, un taco de Reniero habilitó a Román Martínez y el ex jugador de Deportivo Morón no dudó: mandó la pelota al fondo de la red para el desahogo de sus compañeros, el cuerpo técnico y los miles de hinchas que coparon las tribunas en el Bajo Flores.

Comentarios

comentarios