Si la caída del salario real es un uppercut para la capacidad de compra de la población, la inflación galopante es un cross directo a la mandíbula de las condiciones de vida de millones y millones de argentinos.

Según relevamientos de las consultoras “Focus Market” y “Scanntech”, la leche fue el segundo producto que más se encareció en el último año: un 95,4%. El impacto, para colmo, se traslada también a todos sus derivados.

“Entre 10 artículos comparados, de sachet y larga vida, el valor pasó de rondar los $24,30 por litro en mayo de 2018 a unos $50,10 en el mismo mes del 2019″, advirtieron.

? El consumo de leche cayó a niveles del 2003: según las mismas consultoras, es el más bajo de los últimos 16 años.

“El sachet más económico de primera marca, a $22,50 hace un año, hoy no baja de $45, el doble. Si se toma la botella de litro, también de primera marca, el aumento anual fue de $33 a $64: un 94%”, agregaron.

Aunque los datos del INDEC difieren un poco, la cuestión está lejos de volverse menos preocupante: de acuerdo al último informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC), los lácteos fueron los alimentos más afectados por la inflación en lo que va del año.

Y, si sólo se toman en cuenta los últimos 12 meses, para el organismo estadístico ya se encarecieron un 81,1%, contra una inflación del 63% en el total de los alimentos.

? La Inflación, desbocada.

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