? Foto: Infobae

A pesar del elevado número de contagios y de la crisis que atraviesa el sistema de salud por la pandemia, este último lunes decenas de miles de personas salieron a protestar contra el gobierno de Alberto Fernández en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires y también en otras ciudades del país.

Con el rechazo a la reforma judicial como principal argumento aglutinador y toda una serie de demandas heterogéneas detrás -desde la “lucha por la libertad, la República y la Constitución” a criticar a los infectólogos, sostener que “el COVID-19 es una mentira” y apuntar contra el feminismo y el populismo– el centro porteño se tiñó de banderas celestes y blancas.

Ni las propias figuras de la oposición se pusieron de acuerdo para sostener la movilización: Horacio Rodríguez Larreta y el resto de los funcionarios porteños se desmarcó tajantemente en la previa; mientras que Patricia Bullrich, actual presidenta del PRO, salió a convocar e, incluso, dijo presente.

Recién este martes por la mañana, el ex presidente Mauricio Macri se pronunció al respecto desde su estadía en Francia:

El oficialismo, por su parte, salió con los tapones de punta: algunos funcionarios eligieron pedirle perdón a los profesionales de la salud, advirtiendo sobre las consecuencias en la curva de contagios que traerá durante los próximos días. Otros directamente los tildaron de “anticuarentena“.

Juan Grabois, líder de la CTEP, señaló en distintos medios: “Muchos de los defensores de la ley y el orden están incumpliendo una disposición obligatoria del Estado argentino. No es opcional, no es un problema de conciencia individual, hay una violación a la ley y el orden que defienden. ¿Por qué el fiscal no actúa de oficio y les pone una multa?”.

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