Con una crisis económica que se viene arrastrando desde por lo menos principios del 2018 y la pandemia de coronavirus dándole el golpe de gracia a principios del 2020, la Ciudad de Buenos Aires empezó a “preocuparse” por sus cuentas públicas.
En este contexto, y luego de la quita de un porcentaje de la coparticipación por parte del gobierno nacional, la administración de Horacio Rodríguez Larreta empezó a analizar distintas alternativas para recaudar más y gastar menos.
Ahora se conoció que la recolección de residuos es una de las actividades apuntadas por las autoridades porteñas para darle forma al ajuste presupuestario: con un contrato anual de $30.000 millones se espera destinar al menos, unos $3000 millones menos con un nuevo esquema de recolección para dejar de recoger la basura los feriados y los fines de semana.
Vale la pena recordar que el sistema de recolección de residuos e higiene urbana involucra a 6300 personas y un contrato con seis empresas (Cliba, AESA, Urbasur, Nittida, Ashira y Solbayres) y con vencimiento en 2024: todo indica que a las compañías se les recortará un 2% del margen de ganancia anual.
👎🏻 De “servicio esencial” a “servicio recortado”