La vuelta a clases presenciales sin distanciamiento social en las escuelas públicas y porteñas abrió un nuevo capítulo de disputa entre la administración de Horacio Rodríguez Larreta y los gremios docentes de la Ciudad de Buenos Aires.

El negacionismo sanitario de Larreta, Quirós y Acuña suprime distanciamiento social para todas las actividades dentro de las escuelas, a su vez no garantiza espacios con ventilación cruzada ni elementos de protección e higiene suficientes. Exigimos la compra de medidores de dióxido de carbono para todas las escuelas de la ciudad para monitorear la ventilación de las aulas mientras se dictan clases”, señalaron desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) a través de un comunicado.

Durante las dos primeras semanas, en las que la presencialidad total comenzó en el nivel secundario, relevamos más de 20 divisiones y grados aislados, mas de 500 estudiantes y más de 50 docentes“, subrayaron luego.

Y, en relación con las medidas de fuerza, agregaron: “Esta semana del 17 al 20 de agosto se realizarán clases públicas, semaforazos y abrazos a las escuelas. Además, avanzamos en la realización de asambleas por escuela para continuar con la conformación de ‘Comités de Autocuidado’ por escuela conformados por docentes, estudiantes y familias”.

Desde Ademys, por otra parte, decretaron un paro para este martes y organizaron una caravana desde el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires a la jefatura de gobierno porteño ubicada en Parque de los Patricios.

“La medida es contra la política del gobierno de Larreta, Acuña y Quiros de implementar una presencialidad total eliminando la restricción de 1,5 metros de distanciamiento físico dentro del aula, también en las escuelas primarias exponiendo al conjunto de la comunidad educativa”, sentenciaron.

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