Luego de un largo discurso en el plenario de la CTA, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner subrayó, por un lado, que “el Estado Nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas sociales que no pueden seguir tercerizadas” y, en la misma línea, pidió que se debe “transparentar frente a la opinión pública todo esto”.

Como si eso no alcanzara para que los debates dentro del “Frente de Todos” se encrisparan aún más, cerró con la frase: “A mí no me gusta que me quieran convencer que eso es peronismo. Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé la alta y la baja“.

Las respuestas no tardaron en llegar. En diálogo con AM750, Daniel Menéndez, subsecretario de Políticas de Integración y coordinador de Somos-Barrios de Pie, señaló: “Sus palabras fueron despectivas y estigmatizantes“.

“Me parece que tuvo un tono demasiado despectivo con lo que tiene que ver con la tarea de la militancia social y los movimientos sociales. No comparto lo que dijo, pero entiendo que es parte de un debate que tenemos al interior del Frente de Todos”, prosiguió.

Y remató: “Me parece que le erró al enfoque. Su mirada tiene poca valoración hacia el esfuerzo de las organizacionesSe pasó de rosca. Quienes están por fuera del mercado de trabajo desarrollan estrategias de supervivencia vinculadas a la economía popular y a la organizaciones sociales. Lo que más dolió de lo dichos de Cristina es es que se ve una estigmatización a ese esquema organizativo”.

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