Los vecinos autoconvocados de Villa Crespo están hartos: en las últimas horas volvieron a denunciar las consecuencias de la construcción del megaestadio “Movistar Arena” en sus vidas cotidianas.

La gota que rebalsó el vaso fue un noviembre y diciembre repleto de fechas con shows multitudinarios y entradas agotadas casi todos los días. Además de que sostienen que “así no se puede vivir”, los vecinos reclaman también al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) por cosas más concretas y medibles: los ruidos, las vibraciones y la mala organización alrededor del estadio.

 “Los edificios están pensados para poder bancar un cierto grado de vibraciones por varias cuestiones. Ahora todos los días y con esa intensidad uno se empieza a preocupar de que pueda pasar una tragedia”, aseguró Noemi Snell, vecina del barrio de Villa Crespo, en diálogo con Página 12.

“Cuando vamos a la Defensoría del Pueblo o a la Fiscalía nos dicen que van a venir a revisar los edificios con peritos pero después no vienen y si lo hacen es en horarios en que se sabe que no sucede la vibración”, agregó Luis Angio, también vecino del barrio.

La seguidilla de shows en vivo también hace sentir: “Para colmo los que vienen hacen ruidos, cantan, hablan a los gritos, lo cual lo entendemos pero todos los días es insoportable y nosotros tenemos que vivir acá”, explicó Snell.

Los vecinos coinciden en que incluso la gente que viene a los recitales y espectáculos “hace sus necesidades en la vereda”: “El desastre que queda después de los shows es enorme“.

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