El Senado no es de sesionar mucho y la última vez que lo hizo votó en contra del “mega DNU” impulsado por el gobierno de Javier Milei: los senadores y las senadoras volvieron este último jueves a ocupar sus bancas y la polémica volvió a estallar.

Cuando terminaba la sesión -y tras aprobar los pliegos de todos los dirigentes que serán embajadores, incluido el rabino de Javier Milei que será trasladado a Israel- la vicepresidenta Victoria Villarruel dio lugar a la votación del proyecto 615/24 que aumentaba la dieta de los senadores en un 170%.

En medio de una crisis económica de magnitudes considerables y con un ajuste feroz impulsado por el gobierno nacional de fondo, los legisladores no dudaron y, a mano alzada, aprobaron la iniciativa: los 72 miembros de la Cámara Alta pasaron automáticamente de cobrar 1,5 millones de pesos a 4,5 millones de pesos de sueldo. Ese número, además, puede ascender a 2 millones de pesos, por extras de representación y desarraigo.

Si bien el presidente Javier Milei se mostró “enojado” por redes sociales e intentó desligar a su partido, lo cierto es que los siete senadores de La Libertad Avanza, sumado a los del PRO y Unión por la Patria firmaron el proyecto en labor parlamentaria y luego lo convalidaron en el recinto.

Incluso el jefe del bloque libertario en el Senado, Ezequiel Atauche, reveló que el mandatario “estaba al tanto” de que se iba a tratar el aumento en los sueldos y confirmó que tienen “comunicación permanente”.

¿El colmo del asunto? Como sabían que la decisión iba a generar indignación social y mediática, decidieron que la votación del incremento en las dietas se realizara a mano alzada, de manera tal que no hay registros de quiénes apoyaron y quiénes rechazaron la iniciativa. Así la casta, con los métodos de la casta, logró su propio aumento.

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