Los abusos sexuales a niños sordomudos en el “Instituto Antonio Próvolo”, en la localidad mendocina de Luján, volvieron a destapar la olla en torno al financiamiento estatal de la Iglesia.
El Papa quiere “Estados laicos” pero la Iglesia Católica se sigue financiando a costa del Estado argentino ???https://t.co/bMLVyDuA7k
— Diario BA (@diariodeBA) 18 de mayo de 2016
La falta de respuestas a tiempo y los renovados intentos de querer desligarse de las responsabilidades mellaron una vez más la imagen eclesiástica en la opinión pública. Hasta el momento se comprobaron 12 abusos de niños, niñas y adolescentes con dificultades para escuchar, hablar o ambas y no descartan que haya muchos más casos.
Las pruebas apuntan contra los sacerdotes Nicolás Corradi (82) y Horacio Corbacho (55). También fueron denunciados el ex empleado del instituto José Luis Ojeda (41), el monaguillo Jorge Bordón (55) y el jardinero, Armando Gómez (46): todos se encuentran detenidos e investigados por el delito de abuso sexual agravado por la guarda y la convivencia preexistente “en concurso real con corrupción de menores”.
Lo que subyace a todo esto, sin embargo, es la responsabilidad estatal en el mantenimiento y sostenimiento de todas estructuras que “apañan” a violadores, abusadores y pedófilos: en Argentina, la Ley 21.950 establecida durante la última dictadura cívico militar, establece que sea el Estado quien pague el sueldo a los obispos y seminaristas.
“El sueldo de un obispo, equivale a casi cuatro sueldos de un docente. El presupuesto destinado a la Iglesia este año es de $ 134 millones, y fue aprobado tanto por ‘Cambiemos’ como por el ‘Frente para la Victoria’ en el Senado”, denunció Nicolás Del Caño, legislador por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT).
Los beneficios, para colmo, no terminan allí: “La institución se ve exenta de pagar ganancias, ingresos brutos, entre otros millonarios beneficios, sin contar los subsidios a las miles de escuelas religiosas que manejan en todo el país. Además, cuenta con innumerables inmuebles públicos que los distintos gobiernos le han cedido a lo largo de los años“, denunció.
En este contexto, resulta por lo menos curioso el silencio absoluto de las diferentes capas de funcionarios gubernamentales y políticos de la oposición. ¿Para cuando un Estado verdaderamente laico?