En España se dijo que la compra del material rodante fue por 4,2 millones de euros y, en la Argentina, se aseguró que cada uno de los 24 coches CAF 5000, “entre el precio de adquisición, impuestos, flete, repuestos y adecuación”, costó US$ 550.000.
Aunque los números no están del todo claros, sí se sabe algo: los vagones que compró el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2011 producían cáncer y, puestos ahora fuera de circulación, serán vendidos como chatarra, provocando pérdidas millonarias para el erario público.
SBASE confirmó en las últimas horas que los vagones de 32 años de antiguedad, que funcionaban en la Línea “B”, serán rematados por contener piezas con asbesto.
¿Qué quiere decir esto? El material, conocido también como amianto, “es un mineral de fibras microscópicas con propiedades aislantes y resistente al calor”. Esas fibras, que son muy livianas, se esparcen en el aire y, al respirarlas, se adhieren a los pulmones y producen cáncer.
? Sigue la polémica: el gobierno dio marcha atrás con el pago compensatorio a las distribuidoras de gas por parte de los usuarios pero el dinero saldrá de las cuentas públicas ➡️ https://t.co/FbSkGccoO5 pic.twitter.com/A6bxogfvcj
— Diario BA (@diariodeBA) 11 de octubre de 2018
“Ya de por sí la compra es escandalosa porque se hizo por compra directa y porque eran trenes que en España estaban sin funcionamiento porque se utilizaban para probar explosivos“, explicó Roberto Pianelli, de la AGTSyP a “Nueva Ciudad”.
“Fue un negocio que no funcionó porque se tuvieron que comprar más y se terminaron comprando al valor de nuevos. Si a eso le sumás que encima ni miraron los manuales que decían que tenían asbesto, cualquier persona común diría que fue un curro. Si no hubiese sido porque aparecen los compañeros de España muertos, esto se tapaba”, remató.
Con el apartamiento de estos vagones se cuida la salud de los trabajadores del subte y los usuarios pero, inevitablemente, el servicio empeorará por la falta de inversiones: la empresa concesionaria confirmó que podrán “mantener la frecuencia” en tanto y en cuanto ninguna de las formaciones que está circulando se les rompa.
Vale la pena recordar que en Madrid el escándalo fue mayúsculo: un trabajador del Metro murió a causa del amianto y las autoridades debieron poner a la venta 103 coches CAF 5.000 como chatarra, a 4.100 euros por unidad.