En la Asamblea General de Naciones Unidas, la presidenta sostuvo que no será sometida a “ninguna amenaza de que si no hace tal cosa se le pone una tarjeta roja“. Atribuyó la crisis global a la “administración financiera de capitales sin ningún tipo de regulación”.

La presidenta Cristina Fernández repudió hoy el ultimátum del Fondo Monetario Internacional (FMI), que reclamó una inmediata mejora en las estadísticas oficiales, y advirtió que la Argentina “es un país soberano que no aceptará amenazas ni presiones”.

La Presidenta arremetió contra el organismo multilateral y reclamó una autocrítica por no haber auditado las estadísticas de España, Grecia, Portugal e Irlanda, países a los que “se les permitió contraer deuda sin ningún tipo de control”.

“Debo decirle (a la titular del FMI, Christine Lagarde) que mi país no es un cuadro de fútbol, es una Nación soberana que toma soberanamente sus decisiones y que por lo tanto no va a ser sometida a ninguna presión ni mucho menos a ninguna amenaza”, y que “ésta es la crisis económica y política más profunda y más grave que se tenga en cuenta desde la crisis del 30″, enfatizó la mandataria.

Al exponer ante la 67 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, la Presidenta apuntó -sin nombrarla en forma explícita- a Lagarde, quien sostuvo que si la Argentina no corrige sus indicadores oficiales le “sacará tarjeta roja”.

“El FMI sigue reclamando políticas de ajuste e inclusive como en el día de ayer amenazando a países como la República Argentina de -en una imitación que quiso hacer la titular del FMI con un partido de fútbol- que si no cumplía con determinadas cosas le iban a sacar tarjeta roja”, indicó la mandataria.

La Presidenta continuó con su embate al comparar a Lagarde con Joseph Blatter, presidente de la FIFA: “Ya que estamos en orden de comparar fútbol con política y economía el rol del presidente de la FIFA ha sido más satisfactorio que el rol de los directivos del Fondo”.

“El FMI viene tratando de organizar la economía desde la década del 80 y crisis tras crisis no logra hacerlo” recalcó la presidenta y fustigó la política de los organismos multilaterales.

“Parece que los únicos que debemos criticarnos somos los países. No he escuchado ninguna crítica en cuanto cuáles eran las estadísticas de España, de Grecia de Portugal de Irlanda de Italia, que permitieron que contrajeran deuda, que emitieran deuda sin ningún tipo de control. ¿Por qué se controlan a unos sí y a otros no?”, recalcó.

La Jefa de Estado reiteró el pedido de reformulación de los organismos multilaterales y el control del mercado de capitales, al afirmar que “no seremos economistas, pero tampoco somos tontos. Los grandes movimientos de capitales que golpean a los países implican formidables transferencias de fondos y los perjudicados son millones y millones que pierden sus trabajos”.

Luego aclaró que “no venimos a dar lecciones a nadie porque no nos consideramos maestros ni profesores”, pero remarcó que “simplemente queremos contar la experiencia de un país que vivió una situación similar a la que viven otros países del mundo desarrollado”.

Cristina Fernández sostuvo que “lo que parecía que era una crisis de los pobres que no podían pagar sus hipotecas, finalmente quedó expuesto que ha sido la administración financiera de capitales sin ningún tipo de regulación el causante de esta crisis que ya es global”.

Alertó que “poner en peligro la eurozona es algo más que poner en peligro una región económica. Es poner en peligro la estabilidad del sistema financiero internacional porque debemos recordar que si bien el 65 por ciento de las reservas internacional están en los bancos centrales depositadas en dólares hay no menos de un 24 por ciento depositada en euros”.

La primera mandataria enfatizó además que “es necesario un replanteo de lo que significa la guerra comercial que se desató entre los distintos países a partir de políticas que unos denuncian como proteccionistas y que solamente constituyen políticas en defensas de nuestras sociedades”. También criticó la permisividad que tiene la comunidad económica mundial con los desequilibrios estructurales de los Estados Unidos.

Cristina Fernández declaró: “Yo me pregunto si un país de los nuestros tuviera un déficit de cuenta corriente como el que tiene Estados Unidos, sería un país al que hubieran censurado. Pero al ser moneda de reserva y al hacerse el 85 por ciento de las transacciones del mundo en dólares, al ser el país que emite la moneda de reserva por excelencia, queda separado de toda recomendación o de todo ajuste explicitado por el FMI”, subrayó.

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