Tanto las financieras como las bancas española decidieron suspender por dos años los desalojos por falta de pagos hipotecarios en los casos extremos, ante los suicidios motivados por esta práctica masificada por la crisis en España, que ya ha dejado a 400.000 familias en la calle.

La medida pondrá freno a las ejecuciones hipotecarias en forma momentánea, lo que supone un alivio para miles de personas, pero no para todos aquellos que no pueden pagar sus hipotecas ni los que perdieron sus hogares y siguen endeudados de por vida debido a una legislación inédita en Europa en cuanto a su agresividad con el deudor.

La portavoz Ada Colau de la asociación Plataforma Afectados por la Hipoteca, pionera en la lucha por frenar los desalojos, remarcó que los anuncios que se hicieron hasta el momento son “insuficientes”, ya que se habla de “extrema necesidad” y “nosotros defendemos que todos los desalojos de vivienda habitual deben suspenderse”. Dos suicidios relacionados con desalojos por impago hipotecarios en los últimos veinte días fueron el detonante de esta decisión de suspender los desahucios, junto con la promesa del gobierno de Mariano Rajoy de que también se modificará la ley hipotecaria para proteger a los “más vulnerables”.

“Estamos viviendo cosas terribles, inhumanas”, dijo Rajoy en un acto partidario en Cataluña, donde expresó su voluntad de “paralizar” de forma temporal los despojos de las familias más vulnerables.

En este contexto la Asociación Española de Banca (AEB) comunicó hoy que “por razones humanitarias” y de “responsabilidad social”, se compromete a “paralizar” los desalojos. Lo que parece bastante claro es que no se podrá aplicar a las hipotecas que están ya en proceso de ejecución, que desde 2008 son unas 178.000, según datos de las propias entidades.

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