Cuando Independiente estaba por comenzar el segundo en Avellaneda, Saúl Laverni tuvo que suspender el partido luego de que violentos arrojaran dos bombas al lado del arquero de Belgrano, Carlos Olave.

 Una vez mas, la violencia se hizo presente en el fútbol. En Avellaneda, Independiente, muy comprometido con el descenso, enfrentaba a Belgrano de Córdoba por la decimoquinta fecha del Torneo Inicial. El “pirata” estaba ganando1 a0 con un gol de Velazquez y así terminó la primera etapa. Cuando el árbitro del partido, Saúl Laverni se disponía a dar inicio al segundo tiempo, una bomba molotov cayó al lado del arquero de Belgrano, Olave; enviada desde la popular de “rojo”.

Cuando sus compañeros y cuerpo médico se acercaron a asistirlo, cantidad de proyectiles y un nuevo explosivo cayeron directamente sobre ellos. Fue así que Laverni decidió: “no va más”. El DT de Independiente, Américo Gallego y sus jugadores intentaron revertir la decisión del árbitro e incluso calmar a los barras. No tuvieron éxito. En las tribunas se sucedieron enfrentamientos entre los hinchas genuinos –cansados de la tiranía- y los barra bravas del “rojo”.

Sabido es que Javier Cantero, presidente de Independiente, comanda desde su asunción una lucha diaria tratando de erradicar a los barras del club. Aplicar el derecho de admisión, no otorgarle entradas ni dinero, no financiar viajes; fueron algunas de las medidas tomadas por el pope en búsqueda de terminar con los privilegios de los violentos. Como respuesta, recibe constantes amenazas, aprietes frecuentes, y hasta incendios en propios terrenos del club.

En declaraciones radiales, el presidente afirmó: “Esto serviría si metemos presos en dos o tres días a los culpables. Si no lo hacemos somos ineficaces y, la verdad, somos boludos. Tenemos las filmaciones. Un grupito no nos va a doblegar ni a quebrar. Mandan a pibes de 14 y 15 años a tirar bombas. Si los barras  creen que nos van a ganar, se equivocan. Están tratando de desestabilizar al club deportivamente para complicar a la Comisión Directiva. El club Independiente no los quiere más”, cerró.

Claro está que Cantero no puede solo. Para erradicar definitivamente la violencia del fútbol es necesario el compromiso de los responsables. Organismos de seguridad, policía y dirigentes siguen actuando con total inoperancia y lo más grave aún: connivencia. Mientras tanto, el fútbol se sigue llevando vidas inocentes.

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