El adolescente fue visto por última vez en 2009. Hasta ahora, la carátula era por “averiguación de paradero” pero cambiará a “desaparición forzada de persona”.

 

La decisión fue tomada por el juez de La Matanza, Gustavo Banco, horas después de haber dispuesto, en una causa paralela, la detención de un policía de la comisaría 2da. de Gregorio de Laferrere (La Matanza), tras la sospecha de haber golpeado al chico cuando estuvo demorado en esa seccional poco antes de su desaparición.

La Justicia bonaerense decidió, ayer, que se investigue como “desaparición forzada de persona” la misteriosa desaparición  de Luciano Arruga, el chico de 16 años que fue visto por última vez el 31 de enero de 2009 y que había sido amenazado y golpeado, poco tiempo antes, por la policía.

“Es un paso positivo. Se aceptó el pedido de federalización. De ahora en más hay que esperar que decida la Justicia Federal de Morón si acepta o no el planteo. Y si no lo acepta, tendrá que resolverlo la Suprema Corte provincial”, dijo Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga.

Hasta el momento,  fuentes judiciales señalaron  que permanece detenido el oficial principal Julio Torales, quien fue arrestado en la noche del lunes pasado “acusado de haber inferido torturas y malos tratos al joven meses antes de su desaparición”. Torales se desempeñaba en la comisaría 2da. de Laferrere y participó en la detención de Arruga, en 2008, cuando el joven fue arrestado sospechado de robo de celulares en la zona.

Fuentes de la causa explicaron que, en esa fecha, había unos 16 detenidos en la Comisaría, y sólo dos de ellos dijeron haber visto a Luciano, uno de los cuales tiene ciertos problemas psiquiátricos y el otro ingresó el 2 de febrero de ese año, es decir, dos días después. Por todo esto, Torales fue señalado como el policía que golpeó a Arruga durante su arresto y se lo detuvo por “severidades y vejaciones a presos”. Aunque el se encargo de rechazar los cargos y se declaró inocente.

Si bien su defensa reclama su libertad, porque el delito imputado es excarcelable, los fiscales Cejas y Arribas planeaban oponerse a que se vuelva a su casa y trabajaban sobre un pedido de prisión preventiva, para cuando llegue el momento de calificar formalmente la conducta del sospechoso.

De acuerdo a la denuncia de los parientes, el adolescente venía sufriendo un hostigamiento permanente desde que se había negado a “robar para la fuerza policial” y ese día fue llevado a la comisaría 8va., donde testigos aseguraron que el chico fue golpeado y asesinado, pero su cuerpo nunca apareció.

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