El Tribunal n°1 de Morón ordenó la inmediata detención de Julio César Grassi. Antes, el sacerdote había denunciado que la causa era “armada”. Los fiscales habían pedido su detención por peligro de fuga e incumplimiento de normas judiciales. Irá a la cárcel 39 de Ituzaingó.

Luego de la reciente ratificación de la condena a quince años de prisión, los Tribunales de Morón fueron escenario de la audiencia judicial que definió el futuro inmediato del sacerdote Julio César Grassi, encontrado culpable de delitos sexuales y abuso de menores.

A primera hora, la defensa del sacerdote presentó un pedido de recusación para que los tres jueces del Tribunal Oral n°1 de Morón se aparten del caso y quede sin efecto el encuentro. Sin embargo, el tribunal rechazó rotundamente los escritos de recusación y nulidad presentados por la defensa de Grassi.

Durante el encuentro, tomaron la palabra el fiscal Alejandro Varela y los abogados Juan Pablo Gallego y Sergio Piris, quienes reiteraron el pedido de “inmediata detención” del aún miembro de la Iglesia Católica. Además, argumentaron de que existe un “peligro de fuga” y que el sacerdote incumplió con las normas que le habían establecido tras ser condenado.

“Debo decir con la confianza que me merecen estos jueces, que siento vergüenza ante la sociedad, vergüenza que continúe libre por delitos por los que fue condenado. Para la sociedad, parece que estamos dando una imagen de que tenemos miedo. Se lo ha dejado vivir enfrente de donde se cometieron los hechos”, afirmó el fiscal Alejandro Varela. Por otra parte, Sergio Piris aseguró que Grassi “es un abusador de menores. Confirmado por el máximo tribunal de la Provincia de Buenos Aires. Este es un caso en que está vulnerado el principio de igualdad. ¿Cuántas personas condenadas a 15 años de prisión están libres?”. Y agregó: “Los pedófilos como Grassi tienen que estar en una cárcel común. Basta de privilegios. Señores jueces, tienen que estar a la altura de las circunstancias, como es el caso que nos ocupa. Piensen en la víctima, que no pudo cerrar este capítulo negro en su vida”.

Y luego llegó el turno de Grassi. El sacerdote cuestionó las acusaciones y sostuvo que la causa en su contra “fue armada”, haciendo un paralelismo con el “caso Candela”: “¿Quién mató a Candela? Nadie. Armaron una causa igual que la que me armaron a mí”, señaló.

Finalmente, pasadas las 19:00, el Tribunal decidió de forma unánime la inmediata detención de Julio César Grassi por corrupción de menores y abuso sexual agravado. Deberá cumplir la pena, provisoriamente, en la cárcel 39 de Ituzaingó.

 

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