Enfrentamientos, protestas e incidentes se produjeron en el día de ayer ante la venta del yacimiento campo de Libra en Brasil. El sindicato de trabajadores del petróleo se manifestó rotundamente en contra y los trabajadores de Petrobrás hicieron una huelga general.

Protestas en Brasil I

La subasta del yacimiento campo de Libra, celebrada en un conocido hotel del barrio residencial de Barra de Tijuca, estuvo rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad, con más de mil policías y soldados que protagonizaron intensos choques con manifestantes de varios colectivos, principalmente del sindicato de trabajadores del petróleo: en Petrobrás, por ejemplo, el 90% de los trabajadores de la empresa se adhirieron a la huelga general.

Los manifestantes rechazaron enérgicamente la venta de los yacimientos a empresas extranjeras y exigieron la suspensión de la subasta. Los enfrentamientos y la represión policial se sucedieron a lo largo de todo el día.

Forca Nacional II

La subasta, realizada por primera vez con nuevas reglas de participación de empresas extranjeras, fue considerada de gran importancia por la presidenta Dilma Rousseff que llegó incluso a hablar de que el resultado podría cambiar “el mapa geopolítico” del país.

Sin embargo, teniendo en cuenta que el Gobierno brasileño esperaba una participación masiva, con alrededor de cuarenta empresas de varios países y varias rondas de ofertas; los interesados se redujeron sólo a diez, incluida la propia Petrobrás.

Según pudo saberse, Petrobrás entrará en el negocio con una participación del 40%, mientras que Shell y Total participarán con un 20% del capital cada una. Las chinas CNPC y CNOOC obtendrán un 10% respectivamente. Para que Libra entre en funcionamiento las petroleras deberán invertir más de 46.000 millones de dólares para instalar entre 12 y 18 plataformas de gran tamaño y emplear hasta 90 barcos de apoyo. El contrato cerrado durará 35 años no prorrogables, aunque lo previsto es que los pozos no comenzarán a funcionar hasta 2019.

 

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