Un reclamo administrativo realizado por el militar Eduardo Francisco Stigliano en 1991, encontrado por la Dirección Nacional de Derechos Humanos,  revela detalles del accionar represivo en Campo de Mayo sobre militantes de Montoneros que participan de la llamada “Contraofensiva”.

Montoneros II

La Dirección Nacional de Derechos Humanos – a cargo del Ministerio de Defensa – encontró un reclamo administrativo de 1991 en donde el militar Eduardo Francisco Stigliano revelaba detalles del accionar represivo sobre militantes Montoneros de la “Contraofensiva” – entre 1979 y 1980 – en Campo de Mayo, echando luz sobre el modus operandi de la Sección de Operaciones Especiales de Campo de Mayo (SOE).

Según el documento interno del Ejército, el 17 de octubre de 1991, el teniente coronel hizo su descargo sobre su trastorno de salud y su relación con las prácticas ilegales de la SOE en Campo de Mayo, que el mismo dirigía.

“Tengo pesadillas en forma permanente, relacionadas con las actividades que, como jefe de la Sección Operaciones Especiales de la guarnición militar de Campo de Mayo, se me ordenaron ejecutar y que constituyeron violaciones flagrantes a la Constitución, las leyes y reglamentos militares, toda vez que se identificaron con las prácticas más aberrantes que se puedan concebir, en relación al respeto básico de los derechos del prisionero de guerra consagrados en los Convenios de Ginebra, el derecho internacional de guerra y otras leyes que rigen el orden internacional”, asegura en el documento.

Facsímil de la declaración de Stigliano en 1991 - Difundido por Página12

“Las prácticas concretas que afectan al suscripto (…) están referidas virtualmente al método ordenado para la ejecución física de los subversivos prisioneros, los cuales sin ningún tipo de juicio de defensa, se me ordenaba matarlos a través de los distintos médicos a mis órdenes con inyecciones mortales de la droga Ketalar. Luego los cuerpos eran envueltos en nylon y preparados para ser arrojados de los aviones Fiat G 22 o helicópteros al Río de la Plata. Dichas máquinas partían en horarios nocturnos desde el batallón de aviación del ejército seiscientos uno (601). Las ejecuciones o asesinatos llevados a cabo por este método fueron cincuenta y tres, siendo cuatro de ellos extranjeros. Otro método de ejecución fue el fusilamiento ordenado por el comandante de Institutos Militares con la presencia de los directores de las distintas escuelas de armas y otros institutos para que dichos oficiales superiores adquieran una responsabilidad comprometedora al avalar con su presencia esta práctica aberrante.”, relata Stigliano en el documento.

Luego de que se conociera, familiares de las víctimas reclamaron a la jueza de la causa, Alicia Vence, que se cite a declaración a las decenas de represores que figuran con nombre en la investigación.

Fuente: Página 12

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