Un país tan estratégico para la geopolítica internacional volvió a sacudirse: una fracción del Ejército decidió dar un golpe de Estado y sacar por la fuerza al presidente Erdogan.

Turquia

En Estambul, fuerzas militares cortaron el viernes por la noche el acceso a los puentes sobre el Bósforo y lo mismo sucedio en Ankara, donde los enfrentamientos son más intensos: hay videos donde, incluso, se los ve disparando contra manifestantes y población civil.

A través de un comunicado, el Ejército decidió decretar la ley marcial. Las redes sociales se bloquearon y la televisión estatal dejó de transmitir su señal.

Sin embargo, durante toda la noche las noticias sfueron confusas: ambas partes decían tener el control del país mientras la gente se volcaba a las calles. Según las principales agencias de información, hay 17 policías muertos: vale la pena recordar que las fuerzas policiales son las que se pusieron a la cabeza de la resistencia contra el golpe.

Turquia II

Recep Tayyip Erdogan, que se encontraba fuera de la capital en el momento de la asonada, llamó a la población a “resistir” el golpe militar y a luchar por la democracia. “Tarde o temprano el golpe será eliminado. Voy a volver a Ankara”, aseguró a través de FaceTime.

“Se trata de un grupo dentro del Ejército que se ha alzado. Quienes lo han hecho pagarán un alto precio. No haremos concesiones en la democracia”, añadió el primer ministro turco,  Binali Yildirim.

Pese a la mala relación entre la oposición y Erdogan, los principales partidos políticos de todo el país han salido a defenderlo, condenando el golpe. Lo mismo ha sucedido en otras partes del mundo: Barack Obama emitió un comunicado en “apoyo del gobierno democráticamente elegido”. La Unión Europea también emitió su apoyo para el presidente y pidió “respetar las instituciones democráticas”.

Las relaciones de fuerza parecen haberse invertido en el transcurso de la noche y en varios puntos del país estuvieron subiendo videos de gente de civil arrestando y reduciendo a miembros de las tropas militares que se alzaron contra el gobierno. La Fuerza Aérea ratificó su oposición al golpe de estado y comunicó que uno de sus jets derribó a un helicóptero que se encontraba disparando contra la población.

Tanto las fuerzas de inteligencias turcas – MIT – como representantes del gobierno de Recep Tayyip Erdogan afirmaron que “la situación volvió a la normalidad” y que el intento militar “ha fracasado”. Pese a ello, el Ejército continuó bombardeando algunas posiciones estratégicas, como el Parlamento: según CNN Turk, 12 personas murieron allí por las explosiones.

ANKARA, TURKEY - JULY 16 : People react against uprising attempt from within the army in Ankara, Turkey on July 16, 2016. (Photo by Sinan Yiter/Anadolu Agency/Getty Images)

Con el correr de las horas, las fuerzas civiles y policiales leales a Erdogan retomaron el control del país y apresaron a buena parte de los miembros del Ejército que se sublevaron. También comenzaron a detener a jueces y personalidades acusadas de complicidad. Por el momento, hay 265 muertes confirmadas y miles de heridos que están siendo atendidos en hospitales y salas de emergencia.

“Esto ha sido un regalo de Alá, vamos a poder depurar las Fuerzas Armadas”, señaló el presidente en una de sus primeras apariciones públicas. El primer ministro, por su parte, deslizó que podrían volver a implementar la pena de muerte.

Los golpes de Estado no son algo “nuevo” para la población turca: tanto en 1960, como en 1971 y 1980, los militares decidieron tomar el gobierno por las armas. El último fue en 1997.

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