Este lunes, cuatro civiles murieron abatidos por la policía en tres diferentes incidentes en Ankara: el clima político y social continúa tenso.

Turkey II

La Policía detuvo a 103 generales y almirantes de las Fuerzas Armadas turcas, casi un tercio del total de 356 que componen la cúpula: entre ellos se encuentra el ex comandante de las Fuerzas Aéreas, Akin Oztürk, acusado de ser el “cerebro” del golpe.

Según el primer ministro, Binali Yildirim, hasta el momento han sido detenidos “un total de 6.023 militares”. También se suspendió a 8.513 oficiales de la Policía y la Gendarmería.

La “limpieza” tampoco se detuvo allí: fueron suspendidos un gobernador provincial, 29 ex gobernadores, que ocupan cargos simbólicos en la administración regional, y 47 responsables de distritos.

En reiteradas apariciones públicas desde el intento de golpe del último sábado, Erdogan aseguró que cumplirán los pasos necesarios para reestablecer la “pena de muerte”: en 2004, el mandatario la había abolido para comenzar a negociar su entrada a la Unión Europea (UE).

“La gente opina que estos terroristas tienen que ser ejecutados. ¿Por qué tendría yo que mantenerlos y alimentarios el prisión durante años? La gente quiere eso. De todas formas, la decisión final recaerá en el Parlamento. Como presidente voy a aprobar cualquier decisión que se tome allí”, señaló en diálogo con CNN.

Por ello, Alemania le recordó en las últimas horas que volver atrás le impediría continuar con las negociaciones para su ingreso. Asimismo, el secreario de Estado norteamericano, John Kerry, pidió que se “respeten las leyes” y se termine con la “purga” en las instituciones democráticas turcas.

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