German Chancellor Angela Merkel addresses members of the Bundestag, the lower house of parliament, in Berlin, Germany, February 17, 2016. REUTERS/Hannibal Hanschke - RTX27CEU

En medio de las críticas a la política migratoria que comienzan a hacer mella en el panorama socio-político alemán, la canciller salió a defenderse.

German Chancellor Angela Merkel addresses members of the Bundestag, the lower house of parliament, in Berlin, Germany, February 17, 2016. REUTERS/Hannibal Hanschke - RTX27CEU

“Los ataques que hemos sufrido en los últimos días fueron dirigidos contra un modelo de sociedad abierta. Esta es una prueba histórica para nosotos”, señaló Angela Merkel ante la prensa de su país.

“Los yihadistas quieren socavar nuestra voluntad de acoger a las personas que lo necesitan. Nos oponemos firmemente”, aseveró la canciller alemana. “No les importóa nada que haya refugiados que de verdad precisan nuestra protección”, agregó.

Pese a estas palabras, la mandataria anunció también algunas medidas para facilitar la expulsión de los “refugiados rechazados” o que sean encontrados culpables de violar la ley. Esto apunta especialmente a paliar las críticas sufridas tras el atentado de Ansbach: allí,las autoridades confirmaron que el atacantehabía estado viviendo en Alemania durante los últimos dos años: hace doce meses atrás se le había negado asilo pero no fue deportado por tener problemas mentales.

Merkel también procedió a informar que, en pos de “identificar mejor la radicalización islamista entre los solicitantes de asilo”, podrían lanzar al ejército alemán a las calles, para que pueda intervenir por la seguridad interior en caso de “ataques severos”, una medida inédita en varias décadas para el país bávaro.

“Rechazar ayuda humanitaria y dejarlos de lado nos llevaría a peores consecuencias de las que sufrimos ahora. Lo dije antes y lo digo ahora: Alemania es un país fuerte. No es fácil pero si pudimos llegar hasta acá, podremos manejar lo que sigue”, sentenció.

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