El tandilense dejó en el camino a jugadores de la talla de Novak Djokovic y Rafael Nadal para hacerse con la medalla de plata.

Delpo

“Fueron muy difíciles los catorce meses de inactividad. Muchas veces se me cruzó por la cabeza no volver a jugar. La veía muy complicada. Era lo peor del mundo. La gente que estaba atrás, mi familia, no dejó que bajara los brazos. Lo intenté con la tercera operación”, reconoció el tenista argentino.

“Hace 14 meses, mi situación era una pesadilla. Hoy vivo un sueño hecho realidad. Nunca vi tantas cosas fuertes en mi vida y mi carrera tenística”, graficó el tandilense ante la prensa. “Es algo mucho mas grande de lo que soñaba al principio, especialmente cuando vi el sorteo y arrancaba con Djokovic. Imaginaba que los pocos días iba a estar con mis amigos en Tandil. Tuve diez días maravillosos”, añadió.

“El cariño de la gente fue algo muy fuerte. Desde el primer día sentí algo especial, jugando contra el número uno del mundo y ganarle. La gente me empezó a tomar cariño. Con Nadal era la gran final porque al menos me aseguraba una medalla. El abrazo con el público fue un gran desahogo. Fue un abrazo con todo el mundo”, prosiguió “Delpo”.

“Me transmitían una alegría única. Eso me hizo correr durante más de cuatro horas en la final. En la premiación me seguían gritando. Nunca lloré tantas veces en pocos días. Fue fuerte la parte emocional. Eso hizo la gente, también con los mensajes. Tengo palabras de agradecimiento. Me bancaron mucho. Conseguir una medalla para el país es la mejor manera de devolver el cariño”, sentenció.

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