A través de la publicación en el Boletín Oficial, el gobierno confirmó sus intenciones de desprenderse de 91.337 metros cuadrados en una zona “codiciada” de la Capital Federal.

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El primer paso para volver a inflar la burbuja inmobiliaria fue crear la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), actualmente presidida por Ramón Lanús.

Con el marco normativo en su poder, el gobierno de Mauricio Macri y el de Horacio Rodríguez Larreta empezaron a proyectar cuáles son las propiedades estatales “subutilizadas” para venderlas a privados y utilizar ese dinero en otra parte.

Ahora se conoció la decisión de vender 91.337 m2 en la zona de “Catalinas Norte”, un área situada en Retiro, cerca de Puerto Madero: los terrenos están delimitados por la Avenidas Madero, la Avenida Antártida Argentina y las calles Cecilia Grierson y San Martín.

Según confirmaron las autoridades, la plata recaudada se utilizará para financiar la Autopista Ribereña, que conectará las autopistas Buenos Aires-La Plata e Illia. En caso de que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo apruebe, en los terrenos se construirán torres de departamentos y oficinas.

La especulación inmobiliaria, la presión sobre los más desfavorecidos y las dificultades crecientes para vivir en la Capital Federal se agudizan a la par de que decrecen los espacios verdes.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció que las grandes cuidades deberían disponer de “un mínimo de entre nueve y once metros cuadrados de espacios verdes por habitante”. Sin embargo, la Ciudad de Buenos Aires viene retrocediendo año a año en la materia.

Según los números de la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda porteño, la proporción de espacios verdes por habitante bajó de 6 metros cuadrados por habitante en 2006 a 5,9 en 2014.

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