Por las críticas, el presidente resolvió dar marcha atrás con el decreto que había dado carácter de “móvil” al feriado del 24 de marzo, el 2 de abril y el 20 de junio.

La indignación de los organismos de derechos humanos, el repudio de buena parte de la sociedad y la unión de algunos intendentes y gobernadores inclinaron la balanza: el gobierno de Mauricio Macri dio marcha atrás con la “movilidad” de ciertos feriados sensibles.

“Es verdad que debió ser consensuado antes; pero las cosas no se han hecho con ninguna intención de provocar conflictos”, aseveró Gabriela Michetti, vicepresidenta de la Nación, en diálogo con la prensa.

“Nos habíamos ido un poco de largo en que todo tenía que ser feriado en Argentina. La idea de mover el feriado era conciliar esto de los feriados que permiten que turismo interno tenga una buena modalidad y dinámica”, explicó.

En esta misma línea, el titular del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, admitió en diálogo con Radio Mitre: “Fue un error mover el feriado aunque tampoco era una situación de vida o muerte”.

“Probablemente haya sido un error haber tocado los feriados que tienen mayor sensibilidad, es bueno poder enmendarlo”, sentenció el funcionario gubernamental.

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