El gobierno de Mauricio Macri dio luz verde en las últimas semanas a que, luego de décadas de lucha por parte del movimiento feminista y organizaciones sociales, se pueda discutir la legalización del aborto en el Congreso de la Nación.

El tema, que copó la agenda mediática, trajo consigo otra problemática irresuelta: la pobre o casi nula aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas. En general, los jóvenes no reciben demasiado información al respecto y, cuando lo hacen, el tratamiento es insuficiente gracias al paradigma biologicista con el que se abordan temas clave.

  • Los resultados indican que en las escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires un 31%, uno de cada tres estudiantes, no recibió ESI, y que quienes sí tuvieron sólo fue por dos horas al año.
  • La mayoría de las y los jóvenes recibieron contenidos de ESI sobre el aparato reproductivo, métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual en clases de Biología o Educación para la Salud.
  • Solo 4,5% de las y los docentes fueron capacitados en doce años, y en los últimos dos años incluso descendieron de 16 mil a dos mil los postítulos de formación docente, mientras los materiales de ESI entregados a las escuelas se redujeron de 800 mil a 40 mil.
  • A través de un estudio realizado por la “Fundación Huésped”, se conoció que para el 86% de los estudiantes la educación sexual es aprender sobre el aparato reproductor.
  • 7 de cada 10 estudiantes entrevistados señalan haber observado experiencias de embarazo en su escuela secundaria: frente a esa situación lo que predomina es el debate entre los propios estudiantes (45%) y sólo el 39% menciona algún abordaje por parte de personal de la institución (docentes y preceptores). El 38% indica directamente que no se habló del tema.

Fuentes: “Noticias Urbanas” y “Fundación Huésped”

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