La derrota en el primer partido ante Japón condicionó fuertemente a Colombia: el gran partido hecho ante los polacos con la soberbia actuación de Juan Fernando Quintero no alcanzó para encaminar la clasificación a octavos de final.

El primer tiempo ante Senegal plasmó toda esa tensión y nerviosismo: los sudamericanos intentaron ir por la victoria pero no estuvieron finos en los últimos metros y, atrás, Ospina apagó los incendios que fueron surgiendo durante los noventa minutos.

La pronta salida de James Rodríguez por lesión tampoco ayudó a los dirigidos por José Pekerman que, por momentos, parecían depender más de lo que sucedía en el otro partido del grupo que en el de ellos.

Sin embargo, a quince del final, Yerry Mina, de cabeza como contra Polonia, se puso la capa de héroe: el defensor colombiano saltó más alto que todos y fusiló al arquero senegalés para poner el 1 a 0.

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