El mes de julio comenzó con un nuevo aumento de combustibles por parte de la petrolera estatal YPF: desde la medianoche aumentó un 2,5% el precio de sus naftas y un 1,75% el del gasoil.

Las noticias no son buenas: cada vez que se modifican estos valores, el costo se traslada automáticamente al resto de la cadena de precios, por lo que tarde o temprano terminará repercutiendo en la inflación.

En la Ciudad de Buenos Airesel litro de “Infinia” alcanzó los $50,43, mientras que la Súper los $43,71. Por su parte, la Inifinia Diesel se comercializa a $47,92 y la D500 a $40,94.

Según la Secretaría de Energía de la Nación, la decisión del gobierno de aumentar parcialmente el “Impuesto a los Combustibles Líquidos” contribuyó a moderar la suba: “Tendría que haber sido del 11,8% por litro, de acuerdo a la normativa vigente que toma para su actualización la suma de la inflación de los tres meses anteriores”.

Desde la compañía aseguraron, por su lado, que en realidad “los aumentos están por debajo de la inflación del mes de junio“.

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