Los incendios forestales en Australia son, a esta altura, una gran tragedia ambiental y el claro síntoma de que los efectos del cambio climático no son una suerte de “profecía a futuro” sino que ya están con nosotros.

Y el deporte tampoco está ajeno a esta situación: a pesar de los pedidos para que se posponga el torneo, esta semana iniciaron los partidos de clasificación del Australian Open, el primer Grand Slam de la temporada de tenis. Y Melbourne, la sede histórica del mismo, está cubierta por una columna de humo desde hace días.

Aunque las autoridades aplazaron el inicio de los partidos una hora y tomaron ciertas medidas de precaución, las consecuencias sobre la salud de los tenistas ya se vieron este martes: Dalila Jakupovic tuvo que abandonar su partido ante Stefanie Vogele por un ataque de tos.

De rodillas en el medio de la cancha, y pese a la rápida asistencia médica, la eslovena no pudo con la cantidad de cenizas y partículas dañinas que circulaban por el aire.

? Dalila Jakupovic: “Estaba muy asustada, pensé que me desmayaba. Por eso me tiré al piso, no podía caminar. No tengo asma, nunca tuve problemas para respirar. Incluso me gusta el calor. Esto no es sano para nosotros”

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