El fallecimiento por coronavirus de Teodora Olloa de “Somos Barrios de Pie” y cocinera en el barrio San Martín de la Villa 31 y el de Lourdes Huarachi del “Frente de Organizaciones en Lucha” (FOL) en la Villa 20 volvieron a mostrar en primer plano la precariedad y las condiciones en que los sectores más desprotegidos de la sociedad le tienen que hacer frente a la pandemia.

Dos vidas marcadas por las carencias y las injusticias pero, también, por el compromiso y la fuerza de lucha de quienes se organizan día a día para acercar un plato de comida a vecinos y vecinas de todas las edades, en cada barrio popular del país. Desde sus militancias, Teodora y Lourdes forjaron a diario un trabajo digno ante una realidad social cada vez más injusta y compleja”, subrayaron varias organizaciones a través de un comunicado

La pandemia dejó en evidencia una vez más la pobreza histórica y estructural del país, y las deficiencias de un Estado que no genera políticas públicas para quienes menos tienen. Las historias de las compañeras fallecidas son casi calcadas a las de Ramona de La Poderosa, también cocinera y luchadora, quien murió tras reclamar agua potable y asistencia sanitaria para su barrio, la villa 31 de Retiro.  El abandono, la desidia y el olvido fue la respuesta vacía del gobierno porteño. Las experiencias de Teodora, Lourdes y Ramona se repiten por miles en todo el país“, advirtieron.  

Y remataron: “Porque consideramos que nuestro trabajo diario e injustamente ignorado, debe contar con la asistencia sanitaria urgente del Estado, desde la Red de Comedores por una Alimentación Soberana —un espacio colectivo y transversal que nuclea a organizaciones del campo que alimenta con movimientos sociales y políticos, cooperativas, ollas barriales, bibliotecas, circos y espacios artísticos, bachilleratos populares y clubes de barrios— exigimos al gobierno nacional y a las autoridades de cada ciudad y municipio, VACUNAS YA para las y los trabajadores de comedores populares, promotoras de salud y de géneros, que están en la primera línea, poniendo su cuerpo día a día en los barrios populares, para enfrentar esta pandemia con la certeza de que la salida es colectiva. Nosotrxs también somos esenciales y no podemos esperar. ¡Exigimos ya vacunas para los compañeros y compañeras de todos los barrios!“.

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