Lucas González murió este jueves a sus 17 años, asesinado por agentes de la Policía de la Ciudad en el barrio porteño de Barracas: operando de civil y en un vehículo no oficial, le reventaron la cabeza de dos balazos cuando volvía con tres amigos en auto del club Barracas Central, donde jugaba en las divisiones inferiores. Pararon a comprar en un kiosco y, minutos más tarde, fueron atacados por los efectivos.

“Cuando salieron de comprar el jugo, apareció el Nissan, los cruzó. Ellos arriba del auto, como no parecía un auto de la policía y ni siquiera se identificaron, se asustaron y pensaron que los querían robar. Ahí aceleraron y estos hijos de puta comenzaron a dispararles y lo mataron“, señaló Emanuel, tío del chico asesinado y amigo del padre del joven.

Lucas quería ser jugador de fútbol, era su único sueño. Lo quería hacer por su familia, por él, por todos. Era lo que más quería en el mundo. No sé cómo pudo pasar todo esto. Nunca me imaginé estando acá diciendo esto y reclamando justicia, me parece increíble lo que estamos viviendo. Él era un pibe que entrenaba, llegaba a su casa, dormía la siesta y a la noche terminaba el secundario. Había empezado a jugar al fútbol en Racing a los 4 años, después juego en Defensa y Justicia, club del que era fanático, como todos acá y a los 14 entró en Barracas Central. Justo ahora estábamos haciendo fuerza para que volviera a Defensa que era su sueño, volver a jugar ahí. Esos policías, no hay que llamarlos más policías. Son delincuentes“, remató desde el Hospital “El Cruce” de Florencio Varela, donde estuvo internado casi un día el joven.

El modus operandi de los policías en la zona fue descripto por un amigo de Lucas, visiblemente consternado por lo sucedido: “Te miran mal cuando caminás, te quieren parar, te piden documento por la forma en que te vestís. Con uniforme o sin uniforme te miran mal por tener una visera“.

A la espera de avances en la causa judicial, los padres del adolescente juntaron coraje para volver a hablar con los periodistas: “Yo no tengo fuerzas: tengo dos hijos y cómo hago. Me lo dejaron todo entubado, moretoneado con dos balazos en la cabeza. Quiero justicia y que mi hijo descanse en paz”, esbozó entre lágrimas Cintia, la madre.

💬 “Que no haya ningún Lucas más. No lo va a haber porque nosotros nos vamos a encargar de esclarecer todas las cosasNo le tenemos miedo a nadie“, remató Mario, el padre.

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