Tras las elecciones legislativas, el gobierno de Barack Obama cosechó una dura derrota. El Partido Republicano controlará hasta el fin de su mandato la Cámara de Representantes y del Senado en el Congreso de los Estados Unidos.
Las elecciones, en las que se renovaron las 435 bancas de la Cámara de Representantes y 100 del Senado (un tercio), resultaron en una de las mayores derrotas políticas del gobierno de Barack Obama: el Partido Republicano pasó a controlar ambas cámaras del Congreso de los Estados Unidos.
Carolina del Norte, Arkansas, Dakota del Sur, Montana, Virginia Occidental y Colorado fueron las bancas del Senado que pasaron de manos demócratas a republicanas y que abrieron la puerta a los conservadores para obtener el control total.
Esta situación no se daba desde el año 2006 y se mantendrá en los dos últimos años de mandato de Obama.
