Desde las Naciones Unidas confirmaron que más de trescientos inmigrantes que intentaban llegar a las costas de Italia desde África murieron durante la travesía. Las muertes crónicas de Lampedusa.

Lampedusa

“Los inmigrantes ilegales seguirán llegando a las costas españolas, portuguesas e italianas; así como también las muertes, los naufragios y las catástrofes seguirán sucediendo. El problema no es circunstancial, es crónico; y al parecer, los únicos inmigrantes que las autoridades europeas aceptan son los muertos”: esto fue escrito en 2013 en ocasión de un naufragio de un barco que transportaba inmigrantes ilegales de Libia a las costas italianas y que le costó la vida a más de trescientas personas.

En esa ocasión murieron – entre cuerpos encontrados y gente que aún se encuentra desaparecida – más de 360 personas: en dos años nada cambió.

En el día de hoy, la responsable del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Carlotta Sami, confirmó que más de 200 inmigrantes murieron este domingo al ser sorprendidos por un violento temporal mientras intentaban cruzar en barco a Lampedusa (Italia) por el Canal de Sicilia.

lAMPEDUSA III

“En total, había tres embarcaciones con inmigrantes a bordo. En una había 29 refugiados muertos por el frío y 76 supervivientes. En las otras dos había más de 210 personas, de las que se han salvado solo nueve”, relató Sami, basándose en el testimonio de los rescatados.

Uno de los pocos sobrevivientes, procedente de mali, aseguró que había otra embarcación más con alrededor de 100 personas a bordo, por lo que la cifra podría elevarse aún más. La estimación real de las autoridades de la Guardia Costera italiana es de por lo menos 330 muertos.

Mientras tanto, la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, afirmó que el operativo de control de fronteras “Tritón” – que reemplazó en 2014 al operativo “Mare Nostrum” – en realidad “no sirve para nada”.

Muertes crónicas en correspondencia con cálculos que habilitan pensar en torno a las vidas que valen más y las que valen menos, las que valen marchas e indignación y las que sólo acaparan algún recoveco de un diario.

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