El departamento de Justicia de los Estados Unidos imputó a nueve directivos de la FIFA y a cinco ejecutivos de grandes empresas por pago de coimas para la compra-venta de derechos deportivos. Detuvieron a siete de ellos en Suiza.
La investigación involucra, al menos, a 14 dirigentes de la máxima entidad del fútbol y están acusados de participar en diversos delitos como “lavado de dinero, pago de sobornos y fraude electrónico”.
Según figura en el escrito difundido, la corrupción en la FIFA “es rampante, sistémica y arraigada tanto en los Estados Unidos como en otros países”.
Hasta el momento, los dirigentes detenidos por la policía suiza son siete: Jeffrey Webb (Gran Bretaña), vicepresidente de la FIFA y presidente de la Concacaf, Eduardo Li (Costa Rica), miembro de los comités ejecutivos de la FIFA y de la Concacaf, Julio Rocha (Nicaragua), encargado del desarrollo en la FIFA, Costas Takkas (Gran Bretaña), adjunto al gabinete del presidente de la Concacaf, Eugenio Figueredo (Uruguay), actual vicepresidente de la FIFA, Rafael Esquivel (Venezuela), miembro ejecutivo de la Conmebol, y José María Marín (Brasil), miembro del comité de organización de la FIFA para los Juegos Olímpicos.
Tanto la investigación como las detenciones involucran a varias generaciones de dirigentes así como también de empresarios.
En esta última categoría hay tres argentinos involucrados: Alejandro Burzaco (presidente de Torneos y Competencias), Hugo Jinkis (propietario de la empresa Full Play) y Mariano Jinkis (vicepresidente de Full Play). Los tres tienen, además, cargos en el departamento de marketing deportivo de la FIFA
