El pasado viernes 29 de enero, miembros de la Policía Federal y Gendarmería Nacional reprimieron a balazos de goma y plomo a jóvenes de la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”.

Represion II

Los hechos sucedieron en la calle Bonorino, entre Riestra y Ana María Janner, en el barrio de Flores: los chicos de la murga se encontraban ensayando cuando las fuerzas de seguridad arremetieron contra ellos.

Según cuentan los testigos, los oficiales querían pasar por la calle y el director de la murga les pidió que aguardaran unos minutos para retirar a los más de cien chicos que estaban allí bailando y tocando.

De la nada, un agente le disparó en las piernas comenzando así la feroz represión que dejó heridas a 16 personas, entre ellos cinco menores de edad. Las familias de los baleados debieron cargarlos en autos particulares – ante la negativa de las ambulancias de ingresar al barrio – y los trasladaron al Hospital Piñero.

La violencia institucional, para colmo, no sólo se redujo a los balazos: “Cuando llegaron al hospital un doctor les ordenó que se vayan porque la policía le había dicho que se trató de un enfrentamiento armado entre bandas. Se tuvieron que ir”, contaron.

“Vinieron de prepo diciendo que querían pasar si o si por ahí. El director de la murga se acerca y les pide que esperen que corra a los chicos porque estaban todos bailando. Es ahí que baja un agente del patrullero y le tira un itakazo con balas de goma al director de la murga en las piernas”, relató Leonardo Demonty al portal “Notas”.

“Lo que buscaron y lograron es generar miedo y pánico en la gente. Ellos gritaban: ‘Negros de mierda’; ‘Villeros de mierda’; ‘Hay que matarlos a todos’. Esas eran las palabras que usaban, mucha discriminación. La frase ‘negro de mierda’ de parte de la policía yo no la escuchaba hace rato”, agregó.

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