El pacto con Turquiía ha sido considerado como violatorio de las regulaciones europeas e internacionales sobre los refugiados y derechos humanos.

Refugiados II

Con el tratado de libre circulación de Schengen virtualmente sin efecto y la violencia contra los refugiados recrudenciendo, la Unión Europea ya no sabe qué hacer con la crisis migratoria.

El acuerdo alcanzado con Turquía para expulsarlos fuera del territorio del bloque comunitario parece ser la confirmación, de facto, de la creciente hostilidad de Europa para con los migrantes: de ahora en más, los refugiados que toquen suelo griego tendrán sólo la opción de pedir asilo o ser devueltos a Turquía.

Esta última opción no es muy apetecedora: por un lado, por las pésimas condiciones en que allí viven y la cercanía con el territorio sirio; por el otro, porque la violencia de las autoridades turcas y las pocas libertades que ofrecen arroja serias dudas en torno a su porvenir en dicho territorio.

El destino de miles de refugiados que siguen intentando alcanzar las costas europeas no difiere, de hecho, de lo que sucedió durante todo el 2015.

La opción es quedar virtualmente “varado” en un centro de refugiados a la espera de alguna decisión de las autoridades europeas o perecer ahogado en el mar.

En las últimas horas, la Marina libia, las fuerzas navales y servicios de guardacostas confirmaron el hallazgo de los cadáveres de cuatro mujeres durante el rescate de una embarcación precaria que se hundió con 586 inmigrantes irregulares a bordo. Además, advirtieron que hay otras 30 personas desaparecidas.

Por otro lado, la guardia costera griega comunicó que cuatro cuerpos sin vida fueron encontrados cerca de la isla de Rodas: entre los fallecidos se encontraban dos niñas de uno y dos años de edad.

El acuerdo turco-europeo muestra graves falencias desde su misma aprobación y, lamentablemente, esto ya se comprobó en el primer día de implementación del mismo.

Más que una solución para intentar paliar la crisis migratoria más grande que se haya visto desde la Segunda Guerra Mundial, este parece ser uno de los últimos manotazos de ahogado de la Unión Europea (UE) como un conjunto más o menos cohesionado: los refugiados siguen resquebrajando sus cimientos.

Comentarios

comentarios