Se cumplen cuatro décadas desde aquel 24 de marzo de 1976 donde terminó por oficializarse e institucionalizarse la represión, la desaparición forzada de personas y el terror.

Dictadura

La última dictadura militar argentina tuvo lugar entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983: en el lapso de esos casi ocho años, tuvo lugar la desaparición de miles de personas, torturas, vejaciones, asesinatos, operativos llevados adelante por “grupos de tareas”, una guerra (Malvinas, 1982), el silencio, un Mundial (Argentina, 1978) y huellas indelebles en la memoria social producto del terror.

  • “Sólo queda el recuerdo del dolor ante crímenes como nunca habían ocurrido antes en la Argentina. De militares que se creyeron dueños de la vida y de la muerte. Con una sociedad civil cómplice. Una dictadura de la quema de libros y de la ‘desaparición’. De campos de concentración, de torturas y robos de las pertenecias de las víctimas. De personajes uniformados que se creían omnipotentes. De sectores económicos, intelectuales y religiosos que apoyaron desembozadamente ese sistema para ‘pacificar el país’. Miles de exiliados. La Muerte con todo su rostro de cinismo”.

Osvaldo Bayer, escritor e historiador argentino. Entre otros libros, escribió los cuatro tomos de “Los vengadores de la Patagonia trágica”.

  • “Usar el término ‘terrorismo de Estado’ es salvar a toda la mierda que operó, ya que desaparece de la vista la sociedad civil, desaparece el gobierno, sólo queda el terrorismo de Estado. ¿Qué era el Estado? Parece una caja vacía negra e insondable”.

Juan Carlos Marín, fundador de la carrera de Sociología junto al legendario Gino Germani y autor del libro ya clásico “Los hechos armados”.

  • “Martínez de Hoz fue uno de los jefes y por eso duró cinco años, igual al mandato de Videla. Están sus discursos, su propósito expreso de reducción del salario, destrucción del Estado, de la industria nacional, la concentración del capital porque él representaba a toda la fracción del capital. El golpe que se da en 1976 no fue sólo para disciplinar a la militancia política, a la clase obrera y al pueblo, sino también para disciplinar las fracciones del capital”

Eduardo Luis Duhalde,  abogado, juez, historiador y periodista argentino que también se desempeñó como secretario de Derechos Humanos de la Nación.

“En lugar de dictadura militar, se dice proceso; las torturas se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas”

(Eduardo Galeano en “Espejos, una historia casi universal”)

Tal como vino sucediendo desde la década del 90′ en adelante, los actos, marchas y movilizaciones durante el 24 de marzo fueron tiñéndose también de reclamos coyunturales que se correspondían con la situación social, política y económica del momento.

En ese sentido, este 24 de marzo no fue diferente: por una parte, las Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, H.I.J.O.S., Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Hermanos de Desaparecidos por Razones Políticas se concentraron en Avenida de Mayo y 9 de Julio a las 14.

Plaza de Mayo

A lo largo del trayecto que recorrió la emblemática bandera con los rostros de los desaparecidos, se observaron carteles y banderas de distintos movimientos políticos y sociales que adhirieron a la convocatoria como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Lá Campora, la JP Evita, Suteba y La Bancaria.

En esta ocasión, detrás de los organismos de derechos humanos marcharon los sindicatos, en el marco de los despidos generalizados que comenzaron con la llegada de Mauricio Macri y el equipo de “Cambiemos” a la Casa Rosada y que esa misma gestión implementa desde entonces.

Las organizaciones sindicales levantaron una bandera con el lema “Los trabajadores son la patria” firmada por la Confederación General de los Trabajadores (CGT) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

Por otro lado, la Asociación Madres de Plaza de Mayo, encabezada por Hebe de Bonafini, partió a las 15.30 desde su sede en Hipólito Yrigoyen hacia la Plaza de Mayo en un móvil descubierto que ingresó por Avenida de Mayo, acompañada de dirigentes y militantes políticos y sociales.

En este caso, uno de los puntos salientes de su discurso se centra en el rechazo a la visita de Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, en el 40° aniversario del golpe de estado.

Asimismo, el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) concentró a la misma hora frente al Congreso de la Nación junto a organizaciones de izquierda, entre ellas el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y distintas agrupaciones sindicales y sociales.

Tal cual estaba pactado, partieron hacia la Plaza de Mayo con la consigna: “No al ajuste, el saqueo y la represión de Macri y los gobiernos provinciales. Fuera Obama de Argentina. Seguimos luchando contra la impunidad de ayer y de hoy. 30.000 compañeros detenidos desaparecidos ¡Presentes!”

Entre los principales reclamos figuran “los despidos, el tarifazo, las paritarias con tope, la criminalización de la protesta, el protocolo represivo y el pago de la deuda externa”.

Plaza de Mayo II

Las distintas columnas con miles y miles de personas, militantes y referentes de derechos humanos confluyeron para colmar la Plaza de Mayo y sus calles adyacentes.

En el primer acto de la tarde, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, señaló: “Los genocidas mantienen los pactos de silencio. Necesitamos saber la verdad, toda la verdad. Necesitamos saber dónde están los jóvenes apropiados”.

“No nos olvidamos tampoco de Julio López, de Miguel Bru, de Luciano Arruga, de Mariano Ferreyra. ¡Libertad ya a Milagro Sala!”, apuntó Carlotto.

“Estados Unidos debe dejar de violar los derechos humanos: tanto en su país como en otros. También necesitamos que desclasifiquen toda la información”, señaló sobre la visita de Barack Obama en esta fecha tan especial.

Por último, Lita Boitano pidió “que se mantengan las políticas de Estado de ‘Memoria, Verdad y Justicia’ para poder encontrar a los nietos”.

“Por eso, porque tenemos memoria también en los pies, no olvidamos el camino recorrido y sabemos que un pueblo organizado es imposible de vencer. Porque los que desaparecieron a los 30.000 y pretendieron matar para siempre a todas las luchas, son los mismos que hoy persiguen a los militantes. Son los mismos que empobrecieron al país con la deuda externa de sus empresas y dañaron con sus crímenes los que hoy vuelven a la Casa Rosada: los Macri, la Nueva Provincia y la Sociedad Rural Argentina”, denunciaron desde el escenario.

“También nos preocupa que se venda la soberanía de nuestro país con la megaminería, la extranjerización de nuestros recursos naturales y con un pago irresponsable a los fondos buitres. No podemos volver a aceptar que nos impongan deudas injustas”, agregaron.

Plaza de Mayo

La finalización del primer acto, tras una larga y pacífica desconcentración, dio paso a que suban los representantes de Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) al escenario montado en la Plaza de Mayo.

Inmediatamente, Adolfo Pérez Esquivel, Osvaldo Bayer Nora Cortiñas, Madres de Plaza de Mayo y referentes de organizaciones sindicales y políticas de izquierda tomaron posesión del lugar.

Además, estuvieron con el EMVJ la Asociación de ex – detenidos-desaparecidos, el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, la Comisión de homenaje a las Madres de Quilmes, HIJOS La Plata, Liberpueblo; integrantes de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora como Elia Espen y Mirta Baravalle; Alberto Santillán (padre de Darío Santillán), y María del Carmen Verdú (CORREPI).

“Cada ciudad importante del país contó con campos de concentración, tortura y exterminio a cargo de las fuerzas armadas y de seguridad. Denunciamos también los crímenes contra el pueblo que comenzaron a ensayarse antes del golpe, en el Operativo Independencia de Tucumán y en el accionar de la Triple A y demás bandas fascistas en todo el país”, aseveraron en el documento que puede leerse en su totalidad acá.

“Los juicios a los genocidas se desarrollan a cuentagotas, de manera fragmentada, la mitad de los genocidas condenados, hoy gozan de prisión domiciliaria. Los socios y cómplices civiles de la dictadura empresarios, jueces, políticos- permanecen impunes. De la misma manera que los crímenes de la Triple A y de las otras bandas fascista”, agregaron.

“Denunciamos que el Estado continúa ocultando los archivos de la dictadura militar. La desclasificación prometida fue una farsa. Los documentos difundidos por el Ministerio de Defensa eran ya conocidos o directamente irrelevantes. Exigimos la apertura de todos los archivos de las Fuerzas Armadas y de Inteligencia, y de la Iglesia”, sentenciaron.

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