Ismael Lucena tenía 25 años  de edad cuando fue asesinado: en la madrugada del 10 de noviembre de 2011, él y su amigo Marcelo fueron perseguidos por dos hombres armados.

Ismael Lucena

Lo que en un primer momento les pareció como un intento de robo, pronto se les esclareció: estaban siendo perseguidos por dos policías de civil, Mondino Becero y Arturo Monserrat. Luego de una feroz golpiza, Ismael falleció y se convirtió en una víctima más de la violencia institucional en la República Argentina.

Casi cuatro años y medio después Becero y Monserrat están sentados en el banquillo de los acusados por el delito de coautoría del homicidio de Ismael y lesiones a su amigo. Los policías Rubén Tejerina, Francisco González y Antonio Zelarayán son juzgados por encubrimiento agravado.

“Mi familia no vive en democracia, vive en la dictadura. Tuvimos amenazas, a mi cuñado lo llevaron por contravención. Basta. Siempre tenemos que agachar la cabeza pero esta vez no. A Ismael lo estigmatizaron por usar gorra y ser morocho. La gente que pisa el barro y es pobre no tiene derechos”, expresó Isabel de la Cruz de Lucena, cuñada de la víctima.

Esta tarde, el tribunal compuesto por Alicia Freindenberg, Dante Ibáñez y Nestor Rafael Macoritto, escuchó los alegatos de la fiscalía, los integrantes de la querella y los defensores, a quienes se les asignó 40 minutos por exposición.

La fiscal Estela Gifoniello pidió cadena perpetua para los ex policías Mondino Becero y Arturo Monserrat, acusados por el homicidio del joven. La funcionaria judicial solicitó, además, ocho años para Francisco González y seis para Rubén Tejerina y Antonio Zelarayán, otros tres policías que son juzgados por “los delitos de encubrimiento agravado, falsedad ideológica de instrumento público e incumplimiento de deberes de funcionario público”. La sentencia se dará el jueves.

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