Vecinos de distintas partes del país, organizaciones sociales y políticas protagonizaron el último jueves el segundo “ruidazo” o “cacerolazo” contra el aumento de tarifas.

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Pese a que en la Ciudad de Buenos Aires no fue una concentración única y masiva, sí agrupó a muchos sectores de la sociedad que salieron a protestar en distintos puntos geográficos al mismo tiempo.

Según deslizaron fuentes gubernamentales, ante los últimos fallos judiciales adversos y el creciente descontento social por el incremento tarifario, ya se está hablando de una “vuelta atrás” de los aumentos.

Tras reuniones con la plana mayor del gobierno, en las próximas horas o días “los entes reguladores ENRE (energía eléctrica) y ENARGAS (gas) deberán instruir a las distribuidoras para que comiencen a emitir nuevas facturas sin los aumentos”.

De esta manera, las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur y las gasíferas de todo el país, como Metrogas, Gas Natural Fenosa y Camuzzi, deberían comenzar a facturar los servicios con tarifas anteriores a los incrementos, es decir, con los valores del mes de marzo.

Sin embargo, este tira y afloje no terminará acá: el gobierno de Mauricio Macri sólo busca ganar tiempo hasta que la Corte Suprema se expida y pueda aplicar los aumentos sin ningún tipo de obstáculos. Los más optimistas sugieren que eso podría suceder, incluso, durante la próxima semana.

Al menos por el momento, el costo fiscal y político que deberá volver a asumir en caso de quitar los aumentos sumado al descontento de las empresas distribuidoras son las grandes trabas para recorrer otra vez el camino andado.

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